Todos tendemos a beneficiar a los nuestros, a los de nuestro grupo. La cuestión es que unos tienen un grupo muy pequeño, mientras que otros, especialmente los que poseen un alma grande, tienen capacidad de verse en un grupo mucho más amplio. Priorizamos nuestra raza, nuestra fe, nuestra nación, nuestro club o a nuestros amigos y hermanos. Jesús era judío, pero su corazón era el corazón de Dios, por lo que su buena noticia estaba destinada a toda la humanidad, como lo estuvieron los milagros que realizó para confirmar su misión. Su grupo era, ante todo, el del género humano,…